Qué nos pide la Virgen
"La Virgen María parece pretender que los peregrinos transporten a sus comunidades y parroquias de origen la importancia de lo que en Medjugorje han visto y aprendido: la primacía de la oración y de la adoración Eucarística, de la lectura de la palabra y de la confesión y el ayuno".
El mensaje de Medjugorje se puede leer con dos vertientes diferentes, que finalmente se unirían en una sola.
La primera vertiente es de puertas hacia adentro, es decir, hacia los propios católicos. Sería en este caso la llamada de Medjugorje una poderosísima llamada a la conversión del propio cristiano bautizado que, en alguna esquina de su vida, ha dejado olvidadas una serie de medidas básicas: la lectura diaria de la Biblia, la oración diaria en familia o comunidad, la confesión frecuente, el ayuno corporal y darle la importancia central a la Eucaristía, la presencia viva y auténtica de su Hijo entre los hombres.
La llamada de Medjugorje hace reflexionar a los católicos al ver aquella parroquia y al leer aquellos mensajes sobre el por qué tantas parroquias vacías y seminarios y conventos cerrándose por toda la Vieja Europa y sin embargo, aquella parroquia de pueblo en un país musulmán está siempre a reventar, teniendo un programa diario de oración y adoración eucarística que convierte a esta sencilla parroquia en la más activa del planeta.
La Virgen María parece pretender que los peregrinos transporten a sus comunidades y parroquias de origen la importancia de lo que en Medjugorje han visto y aprendido: la primacía de la oración y de la adoración Eucarística, de la lectura de la palabra y de la confesión y el ayuno.
Todo esto se podría explicar como una llamada a la obtención de la paz, no entendida como ente social no tangible, sino a la paz interior de cada persona, origen de toda paz que se transmite de corazón a corazón y que no se obtiene por medios humanos, sino de Dios, a través de los canales de comunicación con Él: oración, Palabra y Sacramentos, en el seno de la Iglesia católica, donde fueron depositados por Cristo y sus Apóstoles estos medios y dones.
De puertas a fuera, a los no católicos, la llamada de Medjugorje pretende captar la atención, obtener el beneficio de la duda durante al menos un minuto de reflexión sobre el cómo van las cosas en el mundo y en la vida personal de cada uno. Darle la oportunidad a Dios, a ese Dios del Amor que se hizo presente en la persona de Jesucristo, a ser real hoy en nuestros días y en nuestras vidas, a colmar, en medio de los dolores y cruces de nuestra vida, un corazón humano que ansía estar pleno ya en esta vida.
Entre ambas vertientes existe un puente, una responsabilidad muy grande de los primeros hacia los segundos, ya que la Virgen María pide en Medjugorje una oración seria y exigente, unida de un ayuno importante, por “aquellos que aún no conocen el amor de mi Hijo”.
Fonte:
http://www.centromedjugorje.org/santuario/seccion/12
Fonte:
http://www.centromedjugorje.org/santuario/seccion/12
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